No es nada que se detuviera; pero yo.
No era el coche fúnebre de hojas de otoño de la Muerte
disminuyendo la velocidad para encontrar mi último testamento.
Si hice la mella más pequeña, espero que haya sido con Amor.
Nada en este silencio reflexivo es lo suficientemente largo.
Nada deja de hacer tictac para hablar de mí.
sin nada vine al mundo sino en el Amor;
y no dejo nada de valor excepto Amor.
Categorías: Selecciones de poesía de Plaza