Pasean en un campo sin límites
o rienda, sus pasos sin dejar rastro
en la hierba exuberante. no hay arpas
ni alas, ni calderos ni llamas.
Cada invitado se levanta igual de una cama
de cañas Uno se recuesta en un árbol,
manto luminoso contra la corteza falsificada.
otro descansa en la brisa perpetua,
brazo extendido, como si arrastrara los dedos,
a la deriva en el mar. en algún lugar detrás
renunciaron a sus pasados.
El niño trepando por la rama
a bough no podría decir de dónde
él vino. Purificado de voluntad, mira cómo incluso
aparece tu madre, tejiendo una flor
en el cabello de una joven, tu padre
pasando con paso considerable por
la canción que tararea sin palabras ni nombre.
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